miércoles, 15 de abril de 2009

Por muchas bocas

Me acuerdo, de Julían, en la playa robandome o quizás tomando prestado por primera vez mis labios; él decía "Dame un beso, andale" y yo con mis trece o catorce años, quizás muy vieja ya para eso de los primeros besos, tímida resongaba "esque no sé besar"; y tenía la pena hasta el cuello, él nada más se reía incrédulo quizás de que no supiera besar y lo comprobó. Despues de ese día, no supe más de Julían, lo llegué a ver dos o tres ocaciones por la casa de mis paps, solo me veía, nunca me hablaba.
Ya la experiencia de los besos, me la enseñó Martín. Recuerdo que me dijo "vamos a la casa de mi tío, nadie vive ahí..."; y después de comprarme unos "cheetos" y un jugo de manzana, me besó. No se porqué, a él no le dije que no sabía besar, quizás no me sentía tan presionada, quizás todo se dió entre nosotros dos y nadie más que cuatro paredes y un techo que nos veían, pero estaba segura que en la vida dirían algo de ese encuentro. Lo volví a ver un par de veces en "casa del tío". La última vez supe que estudiaba por una de mis escuelas, lo ví a lo lejos y sonreí con ternura.
Los otros encuentros tenían sus primeras experiencias, como Omar que fue el primero en ver toda mi piel, sin cobijas, sin colchón y bajo el agua fría de su regadera, pero nunca pasó de admirarme, besarme y nadamás, aunque él siempre insistente, yo siempre decía "no, porque no somos novios"; sus besos sabor a la alucinante convinación de alcohol-tabaco. Él me respetó, yo lo respeté y aunque ya casi no lo veo, nuestros encuentros se acompañan con un bonito abrazo.
Tambíen están los besos de Román, que fueron fugaces, cada mucho tiempo, mucho mucho tiempo, pero durante casi tres años, sentí que eran los más lindos, sentí que serían para toda la vida, sentí que nunca dejaría de desear esos besos.
Francisco o paquito, fueron mis primeros besos sabor marihuana. Él siempre me decía "vamos a fumar flaquita" y yo le decia "no' mas te acompaño". Y así era, él forjaba su "toque" y yo lo veía, después venía a mi, ese sabor que tan raro se me hacía; él tenía la boca muy seca, su lengua muy seca, pero sabía besar; besaba lento y cuando estabamos exitados, me besaba rapído, como sin sentido, queriendo encontrar más marihuana en mi boca.
Así entre otros muchas bocas que aparecían sin aviso, llegaron los besos de Roberto. El primero no pudo ser más extraño, no sé si eran sus nervios o mi sopresa por su beso, pero sin duda no fue el mejor, ya con el señor tiempo de la mano de ambos, aprendimos a besarnos. Y con él hice por primera vez "el amor", aunque aún pienso porque se dirá "hacer el amor". Y él siempre me decía "bésame como tu sabes hacerlo", fue de los amores mas tiernos y más sinseros, quizás siempre diga que fue mi primer amor.
Ahorita ya sin más besos, ni labios, mis cuarenta años me han dejado la boca llena de sabores, de una extensa cultura en besos, que no la cambio por los otros viente años que quizás me resten de vida, ya esos seran repasos.

5 comentarios:

Don Danielo Rergis dijo...

Me gusta me gusta y no me gusta.

Bésame como solo tú sabes hacerlo.

Por muchas bocas.

Señora de 8 lustros y nada de amor. 20 restantes y ya no será diversión?

gabriel dijo...

nunca vi una persona desnudarse de ese modo....
un abrazo grande

Iratrauma dijo...

= )
eres ermoza mujer!
tu te pierdes no io!

gabriel dijo...

pasaba pa saludar nomas vio' ?je
un abrazo

Protervo dijo...

lindo.